Hoy he disfrutado de una magnífica charla en TED, de una mujer de Iceland llamada Halla Tómasdóttir. Halla recientemente estuvo en campaña para ser presidente de su país, y en la charla hace reflexiones sobre lo que aprendió de toda esta travesía.
Una de las primeras cosas que menciona Halla en su charla, es que Iceland es el primer país en el ranking de los mejores lugares para que vivan las mujeres. Y claro, esta estadística llama la atención por su especificidad, pero tampoco es que sorprenda su existencia dada la lucha que aún libramos por la verdadera igualdad.
The Global Gender Gap Index Results in 2015
La conferencista comienza sus reflexiones indicando que los niños y las niñas creerán que pueden hacer esas cosas que vean que otros hacen. En caso contrario, se preguntarán si será posible. Y por ello hace un llamado a las mujeres en general a deshacerse de sus miedos y correr el riesgo de lanzarse a por aquello que deseen lograr. Explica que no es necesario lograr la meta para celebrarlo, pero convencerse (y convencer a otros) de que es posible ya es ganancia… amén del aprendizaje que se adquiera en el camino.
Halla Tómasdóttir comenta que una de las cosas que tiene indeleble en su memoria es una huelga ocurrida en su país en 1975, cuando ella tenía apenas 7 años. Con esa huelga las mujeres islandesas querían demostrar que su trabajo era indispensable y por eso ellas solicitaban reinvindicaciones por las diferencias salariales y las prácticas laborales injustas. Ese día, según lo reseña wikipedia, el 90% de las mujeres de Islandia (profesionistas y amas de casa) no hizo su trabajo en señal de protesta. Y claro, no es de extrañar que cinco años después Islandia se convirtió en el primer país del mundo en tener una mujer presidente elegida democráticamente.
Con estos hechos, Halla pretende poner sobre la mesa que tanto el movimiento de 1975 como las elecciones de 1980 le hicieron a ella creer siempre que era posible que una mujer fuese presidente. Y quizás, ante la pregunta de si una mujer puede ser presidente de un país uno rápidamente contesta que sí, porque sabe que la posibilidad existe… pero cuando tenemos que buscar ejemplos ya nos cuesta un poco más. Y es así como las mujeres, con estereotipos que tienen muchísimos años, acabamos por tener inconscientemente la percepción de que ciertos tipos de roles no nos son permitidos o no son los que mejor se nos dan. La verdad no es raro imaginarse a una de nuestras hijas preguntando si una mujer puede ser presidente… pero quizás no se nos pasa por la cabeza que un niño pregunte si un hombre puede serlo, porque la respuesta la ha tenido siempre en frente de él antes de que siquiera se haga la pregunta.
Analizando el papel de la mujer es la forma en la que la conferencista quiere incentivar a las mujeres a ser más activas y romper los esquemas tradicionales, desde lo más sencillo. Está convencida de que esa es la única manera en que realmente los niños y las niñas van a poder ser lo que quieran ser. Halla cuenta las dificultades que tuvo que atravesar en su campaña electoral para terminar segunda y su forma innovadora de afrontarlas. Sin embargo, ella cree que su mayor aprendizaje fue que se puede lograr lo que uno se proponga siempre que trabaje muy duro por llegar a la meta, escuche su intuición, se rodee de personas que puedan aportarle nuevos conocimientos y, sobretodo, que el equipo de trabajo esté conformado por personas que se llenen de energía y positivismo entre sí.
Halla señala una gran realidad y es que las mujeres somos penalizadas muchas veces por usar nuestro capital emocional. Pero ella está convencida de que eso lejos de ser una limitación es un don, porque es lo que realmente nos va a permitir ser lo mejor que podamos llegar a ser. Ella lo pone sobre la mesa como parte de su fórmula para su excelente desempeño, y así invita a las mujeres no solo a emprender en terrenos que hasta ahora le eran desconocidos, sino que las anima además a que lo hagan en la forma que solo una mujer podría hacerlo.
Cierra la charla la conferencista diciendo que su mayor logro tras esta campaña fue ver el desenvolvimiento de su hija ante los medios, cuando nunca antes lo había hecho en su vida. Explica que verla tranquila, confiando en sí misma y defendiendo a su mamá fue su mejor retribución, y le reforzó su hipótesis de que para los chicos siempre se puede llegar a ser eso que se puede ver («what we can see we can be»).
Os dejo el link de esta maravillosa e inspiracional charla mamás. Quizás nos viene bien atrevernos un poco más, abriendo camino a nuestros nenés, sean niños o niñas.
Fuentes:
Charla de Halla Tómasdóttir en TED – Octubre 2016
The Global Gender Gap Index Results in 2015
1975 Icelandic women´s strike
Icelandic presidential election, 1980