Cuando hablamos de lactancia materna, la lista se nos queda corta para enumerar los grandes beneficios que tiene tanto para el nené como para la mamá. Ahora bien, si además nos concentramos en la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida del nené, el aporte es aún más importante.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, entre los más grandes beneficios de la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida destaca la protección frente a las infecciones gastrointestinales, que se observa no solo en los países en desarrollo, sino también en los países industrializados. El inicio temprano de la lactancia materna, durante la primera hora de vida del nené, protege al recién nacido de las infecciones y reduce la mortalidad neonatal. De hecho, la OMS señala que el riesgo de muerte por diarrea y otras infecciones pudiese aumentar en los lactantes que solamente reciben lactancia materna parcialmente o exclusivamente artificial.
Explica la OMS que la leche materna también es una fuente importante de energía y nutrientes para los niños de 6 a 23 meses. Indica que es capaz de aportar más de la mitad de las necesidades energéticas del nené entre los 6 y los 12 meses, y un tercio para los niños entre los 12 y los 24 meses. Y, por si fuese poco, la leche materna también es una fuente esencial de energía y nutrientes durante las enfermedades.
Los adultos que fueron amamantados durante la infancia, según la Organización Mundial de la Salud, suelen tener menor tensión arterial, menores concentraciones de colesterol y menores tasas de sobrepeso, obesidad y diabetes de tipo 2. Y para la mamá que da pecho a sus nenés, la OMS indica que el proceso de lactancia les reduce el riesgo de cáncer de ovario y de mama.
Fuente: Organización Mundial de la Salud